Demostraciones, cursos, presentaciones, todos forman parte de nuestra vida profesional. Independientemente de su sector empresarial, queremos dar a conocer nuestra empresa y lo que tenemos para ofrecer. El mensaje concebido con mayor o menor maestría por los especialistas en publicidad debe tener impacto.
mensajero es parte del mensaje: da responsabilidad.
Me doy cuenta de cuánta información me perdí durante algunas presentaciones, tal vez porque la voz monótona del presentador me hizo dormir o porque me resultó difícil seguir el contenido lleno de datos.
Al mismo tiempo, he asistido a conferencias en las que cosas sencillas y conocidas adquirían una forma diferente precisamente por la forma en que el orador las hacía.
El secreto del éxito es lo que haces para captar la atención de tu audiencia.
Para relajar el ambiente, tanto al inicio como durante una presentación, podemos utilizar un puente entre nosotros y los participantes: un incidente surgido de la experiencia de un conocido, un incidente con un desenlace relacionado con lo que estamos presentando, todo esto puede representan el gancho que tomado la primera línea de atención en la sala.
Si la historia es lo suficientemente corta como para contener el mensaje necesario, sin detalles innecesarios, pero que también produzca un toque de estado emocional, entonces habremos asegurado la primera conexión con la habitación. A partir de este momento tenemos luz verde para llevar adelante lo que queremos ofrecer.
Cuanta más información tengamos cargada de datos, cifras, valores, más la necesitamos relajante para los participantes. Las mini historias que publicas de vez en cuando son buenas para elegir en función de lo que quieras lograr. La elección de episodios e historias debe hacerse con el máximo cuidado para no contener referencias a temas interpretables, con referencias discriminatorias o que puedan dañar la dignidad de una categoría social.
Quienes tienen un (probado) sentido del humor son capaces de concluir los eventos de forma divertida, porque la risa ayudará a concentrar la atención del público. Además, la información que se traiga más tarde se recibirá más fácilmente.
¡Lo que he dicho hasta ahora parece muy fácil de manejar! En realidad, sin embargo, tenemos algunas sorpresas:
¿Qué hacemos si recibimos reacciones hostiles en la sala?
¿Cómo nos comportamos con quienes se refieren a nosotros de forma bastante agresiva?
No respondí a satisfacción de todos.
Lo que sé es que ese momento es crítico y podemos aprovecharlo. Si sentimos que hemos sido atacados de alguna manera, la tentación es responder la pregunta justificativamente o con un contraataque. Es la solución más cómoda y con resultados más desagradables.
Con una respuesta así, toda la presentación podría tomar un giro diferente y por tanto no conseguiremos el objetivo previsto.
Además, el presentador está solo frente a un grupo y, pensando en esta relación de desigualdad, está claro que tenemos todas las posibilidades de fracasar en el diálogo con los presentes en la sala. Una de las respuestas que parece apropiada ante tal situación es dar un ejemplo del tipo «nosotros» (yo-presentador junto con usted-sala).
Historias de este tipo «te ponen del mismo lado» que el público y el efecto psicológico es máximo. Aquí estamos al final del espacio de escritura y al final de la presentación.
¿Cómo salimos de esto?
Una historia que a través de su contenido invita a un estado de reflexión, un evento proyectado en unos años en el que quien esté en la sala habrá utilizado lo que le ofreciste, un final abierto donde podrás reunirte con él para la próxima vez o tal vez quieras. un aplauso luego díselo también…(te escribiré la próxima vez)